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Entramos como clientes y salimos como amigos. El Sr. Habip y la Sra. Füsun son personas maravillosas. Nos recibieron de una forma increíble. No nos sentimos como en un hotel, sino como en casa. Son personas amables, conversadoras y tolerantes. También conocimos a sus nietos e hija. Son tan cercanos y afectuosos… Dejamos nuestro corazón allí. Sin duda volveremos.

Un hotel distinguido que, con sus texturas históricas, no nos deja olvidar nuestro pasado, ilumina nuestro futuro y, lo más importante, mantiene vivas nuestras memorias. Con su personal amable y una gestión cortés, es un establecimiento ejemplar que todo empresario debería tomar como modelo.

Nuestras habitaciones estaban impecables, la atención fue maravillosa, el café de cortesía, la ambientación tanto de las habitaciones como del hotel fue espectacular. Por favor, dejen los hoteles comunes y vengan aquí. ¡Dirán “menos mal que vinimos”! El Sr. Habip y la Sra. Füsun fueron tan atentos que todo, hasta el desayuno, fue simplemente perfecto :)

Excelente ubicación de primera en el centro histórico de Sille, con aparcamiento privado. ¡¡¡¡¡Mención especial merece el compromiso personal del hotelero Habib!!!!! Habib habla perfectamente alemán y lo sabe todo sobre la historia de Sille y sus alrededores. Habib y su esposa han dedicado muchos años a devolver la vida a esta joya catalogada. Un excelente desayuno típico del país se sirve en el restaurante de enfrente - en una terraza en la azotea con una maravillosa vista de Sille. Para todos aquellos que estén realmente interesados en Turquía, su gente y su cultura, y quieran vivirlo de una forma típicamente turca en un edificio histórico con el mejor anfitrión, ¡este es el lugar ideal!

Estupenda estancia con la maravillosa hospitalidad de Habib y su familia, que nos ayudaron con información sobre dónde ir y cómo utilizar el autobús local.

¡Qué hotel tan maravilloso! Como alojarse en un museo de bellos artefactos y arte. El propietario era muy amable y servicial. Ambiente tranquilo y pacífico, justo en el casco antiguo con vistas a las cuevas. Volvería a alojarme aquí.

Es un hotel verdaderamente único. Es precioso por dentro y por fuera. Y nuestros anfitriones eran increíbles y muy bien informado si usted es curioso acerca de la historia y si no, la diversión para hablar y compartir un café con en Inglés o alemán. Nos encantó nuestra estancia.

La limpieza, la amabilidad de los propietarios del hotel y una decoración tranquila que conserva huellas del pasado con el paso del tiempo... Cualquiera que quiera alejarse del caos de la vida y tomar dos tés en una mesa de madera, en una noche donde las estrellas brillan con claridad al son de las canciones tradicionales, debería visitarlo sin duda. Está ubicado muy cerca del centro, pero lejos del bullicio de la ciudad. Agradecemos a los propietarios del hotel por sus deliciosos obsequios, su agradable charla y sus dulces.

Una casa increíble en el increíble entorno de Sille. Si también eres un apasionado de las casas restauradas fielmente a su estado original, este es el lugar ideal para ti. Felicitamos de corazón al señor Habib y a su estimada esposa, la señora Füsun, por su paciencia en seguir el camino difícil sin tomar atajos, y por su contribución a nuestra cultura. Alojarse en una casa tipo museo ya es un privilegio en sí mismo. Además, la limpieza y la comodidad están garantizadas, pero sobre todo, el excelente desayuno corona la experiencia. En nuestro viaje junto a mi esposo/a, Sillehan se convirtió en un recuerdo inolvidable gracias a su deliciosa café, su amabilidad y las charlas informativas. Muchas gracias por todo...

Primero hay que preguntarse: ¿qué se busca realmente en lugares como este? Por supuesto, que refleje la cultura local y que conserve el patrimonio histórico. ¿Y qué hay de la calidad del servicio, la limpieza, etc.? Bueno, estos son criterios básicos que uno espera de cualquier establecimiento, no solo de este estilo.

Confort, limpieza, calidad de servicio, orden y amplitud: en mi opinión, todos merecen la máxima puntuación. El sabor de la comida, también puntuación máxima. La variedad del desayuno, igualmente. Y yo, personalmente, también presto atención al té. Saber preparar un buen té es realmente un arte. Ese aroma tan característico debe sentirse al tomar un sorbo, y en Sillehan, la infusión del té merece también un diez. Lo mismo para el pan moreno tipo pita que acompañó tanto el desayuno como la comida: delicioso.

En cuanto al alojamiento, me pareció un lugar muy confortable. La decoración del konak respeta fielmente su estructura original. El baño/WC está muy limpio. Y digamos que te levantas tarde… No hay problema con perderte el horario del desayuno, aún puedes disfrutarlo plenamente.

Y una cosa más que quiero añadir: he estado en tantos hoteles, pero...

Llevamos a nuestros clientes de Alemania a comer allí. El lugar está restaurado de forma fiel a su diseño original y con un enfoque histórico, creando un entorno perfecto y descriptivo para explicar nuestra historia a los extranjeros. La comida es excelente, especialmente los platos de carne son espectaculares. El personal de servicio y los propietarios son personas muy respetuosas, amables y atentas. Sin duda, uno de esos ambientes elegantes que vale la pena visitar. Un lugar ideal para recibir a sus clientes en un entorno diferente y acogedor.

Un hotel maravilloso para quienes desean pasar un buen momento con su pareja. En especial, la buhardilla es perfecta para las noches calurosas, donde uno puede refrescarse e incluso sentir un poco de frío. Además, hay una zona con vistas a las cuevas que resulta muy romántica.

Como se suele decir: “hay lugares que no se pueden describir, solo vivirlos”, y este hotel es justamente así. Los dueños del lugar y el personal fueron siempre amables, incluso estando en pleno Ramadán; ninguno mostró una mala cara. Hicieron todo lo posible para que estuviéramos a gusto. Gracias de corazón por su dedicación y calidez. Incluso para el sahur tuvieron un trato especial. En el hotel, no había un solo rincón que no tuviera la huella del trabajo artesanal en madera: cada detalle evocaba la época otomana. ¿Una trona de madera? Sí, existe. Las habitaciones son de primera clase: colchones, almohadas y edredones de excelente calidad. Y los cantos tradicionales eran verdaderamente alimento para el alma. En resumen: una experiencia inolvidable.

Este lugar, fruto de 9 años de trabajo, es absolutamente perfecto en todos los aspectos: la comida, el servicio, el ambiente... En una palabra: extraordinario. Puedo garantizar que no se arrepentirán. Hay un ambiente familiar que encaja perfectamente con el concepto de hotel boutique. En especial, conversar con la señora Füsun, la propietaria, es algo único; si tienen la oportunidad, les recomiendo escuchar la historia del lugar contada por ella misma. Y si son de Konya, no haber ido a Sillehan es, sinceramente, una gran pérdida. Puedo decir sin dudar que, a partir de ahora, Sillehan será como mi segundo hogar. Muchas gracias por diseñar un lugar así y ponerlo al servicio de todos nosotros. Quien quiera ver lo que significa una restauración auténtica, debería pasar sin falta.
Nota adicional: He oído hablar muy bien del höşmerim preparado por la señora Füsun. La próxima vez lo probaré y compartiré mis impresiones con ustedes. Me he extendido mucho, pero espero que, cuando vayan, comprendan mi entusiasmo.
Con todo respeto…

Nos quedamos dos días en Konya y dijimos: “Vamos a Sille” – y así comenzó nuestro encuentro con ustedes. Vimos muchos lugares en Sille, pero de alguna manera nuestro corazón nos guió hasta ustedes – y agradecemos mucho por ello.
Ni siquiera recordamos cuántas veces regresamos a Konya en esos dos días solo para volver por su sonrisa y su amable hospitalidad.
Aprovechamos esta oportunidad para dar las gracias infinitas a nuestros queridos hermanos Yasin, Sevgi y Ömer. Si Dios quiere, en nuestra próxima visita planeamos hospedarnos en su hotel.
Hasta que nos volvamos a ver, que Dios los bendiga.
Murat / Esra

En una sola palabra: la vista lo dice todo — y además, la amabilidad, atención y simpatía de los anfitriones hacia sus huéspedes...

Fui al restaurante para cenar. Pero las cinco estrellas las otorgué por el esfuerzo y la belleza del konak. Ha pasado por una restauración muy exitosa y ha recuperado su apariencia original. La parte del restaurante no está mal, pero podría mejorar. En especial, deberían representar mejor la cocina tradicional de Konya.

La comida es muy sabrosa, el ambiente es encantador – un verdadero restaurante de hotel boutique. Lo recomiendo con entusiasmo. Especialmente cuando nieva o llueve, el ambiente auténtico es maravilloso. Si pasan por Sille, no dejen de visitar este lugar.

Sille es un encantador pueblo lleno de historia y se puede llegar fácilmente en autobús desde el centro de Konya. Sillehan es un lugar perfecto para hospedarse en esta zona. El propietario del hotel, el señor Habib, y su esposa fueron unos anfitriones maravillosos: nos recibieron con gran calidez y el servicio del resto del personal también fue excelente. En cuanto entras en el hotel, sientes que estás viajando en el tiempo: la atención al detalle y las características auténticas de la época reflejan el esmero de Habib Bey y su esposa. ¡Lo recomiendo encarecidamente!

Para quien tenga debilidad por los lugares cálidos y acogedores, este sitio es perfecto en todos los sentidos. El ambiente literalmente grita “calidez”. Miren las fotos que se comparten aquí: ¡es exactamente igual en la realidad, amigos! Además, ofrecen un desayuno casero y delicioso que superó con creces mis expectativas. Si quieres sentirte como en casa, ¡este es el lugar ideal para ti!

Debo aclarar que no me he alojado ni he comido en este hotel. Sin embargo, durante una breve visita a Sille, nuestro guía mencionó que este edificio había sido restaurado maravillosamente, respetando al máximo sus características originales. Eso despertó nuestra curiosidad y llamamos a la puerta del hotel.

La mayor parte de la madera utilizada era de cedro, lo que proporcionaba al ambiente un aroma cálido y tranquilizante. Para quienes no disfrutan del aroma a cedro, también hay habitaciones decoradas sin ese tipo de madera. Todo el hotel cuenta con calefacción por suelo radiante.

Aunque aún no era mediodía y el hotel estaba cerrado, el propietario nos invitó amablemente a entrar y nos ofreció un recorrido informativo con gran disposición. Fue evidente que la restauración se llevó a cabo con mucho cariño y atención al detalle. Era fácil imaginar que ese mismo cuidado se reflejaba en el confort de las elegantes habitaciones y del comedor — y así como nosotros fuimos recibidos con calidez y sinceridad, estoy seguro de que los huéspedes también lo serán.

Si alguna vez tengo la oportunidad de regresar a esta fascinante región de Turquía, sin duda planeo alojarme en este hotel.

Pasamos una velada maravillosa en el Hotel Sillehan. Vinimos a Konya para unas cortas vacaciones y decidimos pasar una tarde en Sille. Un amigo nos llevó en su coche y teníamos solo unas pocas horas. Durante ese corto tiempo hicimos una pausa para tomar un té en el Hotel Sillehan, y esa pequeña pausa fue suficiente para decidir que algún día volveremos para pasar varios días en este lugar tan magnífico.

Los propietarios del hotel nos mostraron generosamente el lugar e incluso nos permitieron visitar las habitaciones. Realmente es un sitio encantador.

Un hotel maravilloso en Konya,
ubicado en un pequeño pueblo con una vista y naturaleza impresionantes.
Todo el edificio conserva el estilo tradicional turco, está muy limpio y ofrece un ambiente tranquilo y relajante.
El restaurante está justo al lado del hotel, diseñado en armonía con la naturaleza, y la comida es realmente deliciosa.

En mi próxima visita, sin duda me alojaré aquí nuevamente.

Los cuatro pasamos solo una noche en este hotel ubicado en el encantador pueblo de Sille, al norte de Konya. Fue un lugar muy acogedor, tradicional y cómodo. Nos encantó.

Quizás no sea del gusto de todos, ya que no se sirve alcohol. Uno de nuestro grupo cumplía años, así que fue un poco extraño no poder brindar con una copa.

Frente al hotel hay una vista impresionante de antiguas viviendas excavadas en la roca, una mezquita y un minarete... lo que también significa que uno se despierta temprano con el llamado a la oración.

Sin embargo, en mi opinión, eso le da un encanto especial al lugar.

ol. Uno de nuestro grupo celebraba su cumpleaños, y nos resultó un poco extraño no poder brindar con una copa.

El hotel tiene una vista espectacular a antiguas viviendas excavadas en la roca, una mezquita y un minarete… lo que también significa que te despiertas temprano con el llamado a la oración.

Sin embargo, para mí, eso le añade un toque muy especial al ambiente.

Una estancia maravillosa en un hotel bellamente restaurado.
El hotel ha sido restaurado con mucho gusto y a un alto nivel, conservando muchas características originales típicas de las casas otomanas.
Las habitaciones han sido renovadas de forma individual y tradicional, claramente con mucho tiempo dedicado al diseño y a los detalles para que todo sea perfecto. Las camas y la ropa de cama son muy cómodas, y los baños privados son modernos y muy limpios.
El desayuno fue excelente y típicamente turco (pan fresco, huevos, patatas, pepino, tomates, quesos, embutidos, mermeladas, nata, miel y té).
El propietario es muy amable y servicial, y está muy involucrado en la gestión diaria del hotel. Esto se refleja en el alto nivel de servicio que se ofrece, lo que contrasta con muchos hoteles boutique en Turquía, cuyos propietarios suelen ser inversores ausentes que viven en Estambul o en el extranjero.
El pueblo de Sille es tranquilo y tiene muchas cosas para ver: tanto edificios históricos (iglesias, mezquitas, baños turcos) como paisajes naturales (colinas, montañas y desfiladeros). El ayuntamiento y los empresarios locales parecen haber invertido mucho en mejorar la infraestructura, con calles y servicios públicos renovados, y una oferta decente de museos.

En resumen, no puedo recomendar un lugar mejor para alojarse en Anatolia Central. ¡Un diez!

Después de unos días en Konya, era hora de un cambio, así que tomamos un corto trayecto en taxi hasta Sille. Este pueblo, que alguna vez estuvo abandonado, tiene una historia enorme, muchos edificios antiguos en diferentes estados de deterioro, una iglesia bizantina antigua recientemente restaurada, cuevas donde vivieron místicos sagrados y un paisaje realmente interesante.

Al caminar por el lugar, parecía que el corazón del pueblo se había perdido. Muchas de las casas antiguas estaban abandonadas y era evidente que, en sus milenios de existencia, había vivido tiempos mejores.

Entonces nos encontramos con el Hotel y Restaurante Sillehan. Una antigua vivienda bellamente renovada se había transformado en un hotel y restaurante. Con suelos de piedra por todas partes, mucha madera de cedro y vistas hermosas a las montañas cercanas, nos pareció el lugar ideal.

Almorzamos en la terraza superior y conocimos a Habib, el dueño. Este hombre motivado ha pasado diez años restaurando el lugar a la perfección.

Es fabuloso, tanto si vas por un almuerzo panorámico y delicioso como si buscas una estancia romántica. Es especialmente interesante cuando se sabe que esta zona estuvo habitada por cristianos y muchas familias griegas.

Este lugar todavía conserva el aire de Grecia, justo en el corazón de Turquía, ¡probablemente porque fue una parada en la antigua Ruta de la Seda!

Es un hotel realmente estupendo en Konya.
Ubicado en un pequeño pueblo, con una vista increíble y rodeado de naturaleza.
Todo el edificio conserva el estilo tradicional turco, está muy limpio y transmite una sensación muy agradable.
Su restaurante está justo al lado del hotel, con un estilo natural, ¡y la comida es deliciosa!
Sin duda me alojaré aquí de nuevo la próxima vez.

Antes que nada, quiero decir que llevo viviendo en Turquía 7 años y el hotel boutique Sillehan ha sido el mejor hotel en el que me he alojado.

Primero, Sille es un bonito y pequeño pueblo que vale la pena visitar por un par de días. Si quieres estar en la naturaleza y experimentar cómo vivía la gente a lo largo de la Ruta de la Seda, este es el lugar para ti. Si te gusta el senderismo, el paisaje se parece a una pequeña Capadocia, y hay suficientes sitios, tiendas y restaurantes para pasar unos días agradables. También hay una presa que pronto abrirá con playa y deportes acuáticos.

Ahora, sobre el hotel: lo que ves en las fotos es exactamente lo que obtienes. Un hotel renovado que forma parte de la historia. Habitaciones encantadoras, una terraza preciosa y una cama muy cómoda. ¡La comida y el desayuno son increíbles!

Y lo que realmente hace de este lugar un 10/10 es el personal. El dueño, Habib, habla inglés perfectamente y es muy accesible. Es un hombre muy viajado, con grandes historias y una filosofía de vida inspiradora. Su equipo es igualmente amable.

El chef y barista Cafer es un chico joven pero muy educado y maduro. Prepara todo tipo de cafés excelentes, así como té y café turco de forma perfecta. El recepcionista Yasin también habla inglés y hará todo lo posible para que tengas una estancia placentera.

No te pierdas la oportunidad de visitar esta ciudad histórica: no te decepcionará. Y asegúrate de alojarte y comer en el hotel Sillehan. El desayuno que tendrás aquí será uno de los mejores de tu vida, y el ambiente y la gente lo harán aún más especial.

Quedé tan impresionado que sin duda volveré.

Este es un edificio bellamente restaurado en un pueblo pintoresco.
La ubicación es perfecta para pasear, y Konya está a solo un corto trayecto en coche.
Todos fueron atentos y serviciales.
Los anfitriones fueron generosos y considerados, y los desayunos, increíbles.

Bonita casa antigua otomana auténtica en una zona encantadora.
El personal fue amable.
La noche que fuimos no ofrecían cena, y las cortinas eran delgadas, por lo que entraba mucha luz.

El pueblo de Sille es un lugar hermoso y lo mejor de Konya.
Nuestros anfitriones en el hotel fueron súper amables y hicieron que nuestra estancia fuera muy cómoda.
Desde organizar un taxi para recorrer la zona hasta ofrecernos una cena increíble, cuidaron de todo.
El ambiente es muy acogedor y cada detalle está bellamente cuidado.

Fuimos recibidos como en familia por el dueño, Habib, y su esposa, quienes han puesto todo su amor en este lugar. Una restauración con mucho gusto y muy confortable.
La excelente comida y la música en vivo en la terraza nos convencieron de quedarnos una segunda noche. El fácil acceso en autobús a Konya hizo que la ubicación fuera ideal.

Es un lugar muy tranquilo. Un sitio histórico, como un palacio. Ideal tanto para el invierno como para el verano. Restaurante y hotel. Muy bonito. El mejor destino para una luna de miel. Silencioso y con comida deliciosa. ¡Disfrútalo!

Durante nuestro paseo, Habib, el propietario del Hotel Boutique Sillehan, se acercó a nosotros hablando en alemán y nos atrajo a su hotel con la promesa de un buen café. Y no exageraba: por fin pudimos disfrutar nuevamente de un auténtico café italiano... En esa ocasión, Habib también nos mostró su hotel, que está decorado con mucho gusto y fiel al estilo original. La casa, construida de forma tradicional, fue restaurada con gran cuidado y amueblada de manera adecuada. Todas las habitaciones tienen un ambiente encantador, por supuesto con baño privado y muy limpias. Fue evidente qué cualidades positivas Habib trajo consigo de su tiempo en Alemania: meticulosidad y sentido del orden. Aquí, el propietario todavía dedica tiempo personalmente a sus huéspedes. Nos sentimos muy bien atendidos y decidimos cenar también en el hotel. Solo podemos decir cosas positivas al respecto: todo estuvo delicioso y el personal fue muy atento. Luego, Habib se encargó de nuestro problema con el viaje de regreso e hizo varias llamadas a diferentes agencias de viajes por nosotros. El desayuno de la mañana siguiente fue nuevamente de primera clase. Habib volvió a hacer llamadas por nosotros y nos dio su tarjeta de presentación, ofreciéndose como intérprete si alguna vez lo necesitábamos. Magnífico, totalmente recomendable, especialmente por su tranquila ubicación no muy lejos del bullicioso Konya.

Fui allí en abril, cuando nevaba. La comida fue increíblemente deliciosa. Como pareja, nos encantó el ambiente. Un lugar maravilloso para una cena romántica.
El servicio fue rápido y los camareros muy amables. Café turco gratuito. Definitivamente pasen por allí si visitan Sille.

Después de visitar los lugares turísticos, decidimos explorar Turquía tal como es. Descubrimos este pequeño hotel idílico en Sille, al norte de Konya. Rodeado de un entorno auténtico y encantador, este hotel no podría haber sido mejor. El propietario y el personal fueron muy atentos. Por la noche disfrutamos de una cena tradicional, bellamente presentada y deliciosa. Las habitaciones eran amplias y decoradas con un estilo tradicional muy acogedor. El desayuno en la terraza de la azotea fue un verdadero placer. Si alguna vez se encuentran en esta parte del mundo, este lugar es una visita obligada. El pueblo de Sille aún conserva su esencia intacta y está lleno de historia. Fantástico.

El dueño del restaurante, Habib, da la bienvenida personalmente a los clientes y la comida fue excelente. La disposición de los asientos es realmente buena y cómoda. Las habitaciones del hotel están decoradas al estilo antiguo, pero tienen todo lo necesario y el servicio fue excelente. El edificio es histórico y el propietario Habib lo mantiene en muy buenas condiciones. El dueño del restaurante habla inglés, lo cual me ayudó mucho. Si visitas Konya, Turquía, te recomiendo encarecidamente este hotel y restaurante.

Arquitectura y decoración magníficas. Muy buena comida preparada por un excelente chef. El personal fue muy amable y acogedor. Pensábamos solo pasar por Sille, pero este lugar nos hizo quedarnos dos días. Es un lugar muy tranquilo, y nos sentimos muy a gusto aquí. Nos vamos muy felices en nuestras bicicletas. Seguramente recordaremos esa chimenea durante el invierno que se acerca. Muchas gracias por su hospitalidad y amabilidad. Tal vez volvamos en algunos años. Les deseamos lo mejor.